El calor se genera directamente en el material y no por transferencia de calor del crisol/recipiente, como ocurre con los métodos tradicionales (horno a gas, motogenerador, llama directa).
El proceso de fundición por inducción es preciso y repetible, algo importante para garantizar la calidad en los procesos. Al no existir llama que conduzca a pérdidas sustanciales de calor o que aumente el peligro de lesiones laborales o incendios, lo convierte en un proceso más seguro.